Durante mucho tiempo, por no decir desde el comienzo de
nuestros días, hemos crecido paralelamente con el crecimiento tecnológico que
nuestra generación trae intrínseco. Los mass media, inevitablemente se han
convertido en aliados de nuestra vida, en la medida en que actúan con poder
dentro del diario vivir y la cotidianidad que nos acompaña. Hace un tiempo escuche
decir que los medios son como la humedad en una pared, acaba de quitarse uno y
por otro lado aparece otro; Luego cuestione realmente esta comparación, en el
sentido de que la humedad no solo se propaga rápidamente, sin diferenciar la
superficie que está manchando, sino que trae consigo gran cantidad de
enfermedades y problemas que afectan en general, al ser humano y en conclusión actúan
de la misma manera que los medios y la tecnología en general.
Marshall
McLuhan, afirmaba
que los medios eléctricos del siglo XX están dañando nuestra mente, y
aunque somos conscientes de que algo está cambiando y algo se está perdiendo,
no haríamos nada por regresar a lo anteriormente vivido; La tecnología, en gran
medida está afectando nuestras mentes y el mundo que nos rodea, el mundo tecnológico
que nos domina y nos hace actuar diferente, ahora somos superficiales, vagos,
planos, le entregamos nuestra memoria y capacidad a una máquina, olvidamos el
sentido que tenía la lectura, nuestro cerebro ya no determina lo que está bien
o lo que está mal, hay una gula informativa constante que nos conduce a un
mundo infernal y capitalista en donde hasta la propia vida se pone está
poniendo en riesgo.
Sin lugar a dudas, el exceso de información enferma, la
oferta tan grande a la que estamos expuestos actualmente, causa a largo plazo
graves complicaciones y a corto plazo, la mayor de las preocupaciones de
grandes estudiosos del tema: La amnesia Histórica, la cual muchos en la
sociedad ya la padecen.
La
mayoría consideraba que el exceso de información tenia repercusiones negativas
en su tiempo de ocio y en su trabajo. Algunos hablaban de dolores de cabeza.
Una primera conclusión no definitiva: la sobrecarga de información es un hecho
real, también es una frase en clase y un mito. Tener que pensar en información
como una carga, resulta bastante confuso, dice Charles Bennett. Pagamos para recibir los periódicos, no para
que se los lleven. Pero la termodinámica de la computación demuestra que el
periódico de ayer ocupa un espacio que el demonio de Maxwell necesita para trabajar hoy, y la
experiencia moderna nos enseñó lo mismo. ¨Olvidar¨ solía verse como una
incapacidad, una merma, una señal de senilidad. Ahora presupone un esfuerzo.
Puede llegar a ser tan importante como recordar. (Gleick, 2012)
De esta manera, debemos entender el uso que le damos a
los medios y a la información en general, captar que por más abusos que se
sigan cometiendo en esta y en las futuras generaciones, la información no va a
dejar de existir, por el contrario va a ir emancipando las reglas o el poco control
que se va a querer ejercer sobre la manera como esta llega a la gente. En
conclusión debemos someternos a vislumbrar y concebir el hecho de tener la
información ahí a nuestro alcance, pero inerte, sin vida, dándonos a entender
que somos nosotros quienes la tomamos para utilizarla profundamente.
0 comentarios:
Publicar un comentario